Transformamos el resentimiento en felicidad, y así nació una marca que inspira autenticidad y bienestar en cada proyecto.

Transformamos el resentimiento en felicidad, y así nació una marca que inspira autenticidad y bienestar en cada proyecto.
Cuando decidimos trabajar la marca corporativa de nuestra empresa, junto con mi socia y esposa,Vanessa Villanueva, sabíamos que la marca debía comunicar el por qué creamos Ankay Creíamos tenerlo claro, pero la realidad fue distinta.

Es importante destacar que ambos veníamos de trabajar en proyectos de construcción en campamentos mineros, donde enfrentamos muchas situaciones difíciles y liderazgos tóxicos. Esto nos dejó heridas abiertas y un resentimiento que no habíamos reconocido.

La pregunta principal del Brief del manual de marca era: ¿Cuál es la historia de tu marca? Fue al responder esta pregunta que me di cuenta de que nuestra marca estaba naciendo desde el rencor.

En las diferentes obras en las que trabajamos, hemos tenido jefes y compañeros de todo tipo, pero siempre se recuerda a aquellos que te hicieron sentir peor como persona. Nuestro objetivo inicial era eliminar al jefe machista, homofóbico, discriminador y patán (adjetivos más fuertes fueron usados).

Mientras hablábamos de estos temas, recordé algo que siempre decía una tía muy cercana: “nada bueno sale de algo que nace del rencor”. Para nosotros, ANKAY es como un hijo al que queremos mucho, y no podía nacer desde un sentimiento tan negativo.

Al meditar sobre el asunto del rencor, decidimos verlo de otra manera. Nos dimos cuenta de que es el sistema el que valora y construye a este tipo de profesional, y que las personas solo se adaptan a lo que da resultados.
Así fue como nuestro enfoque cambió hacia construir FELICIDAD. Nuestra propuesta se centra en inspirar a las personas a ser felices siendo ellas mismas, y desde ahí, dar lo mejor para superar los desafíos que se nos presentan como empresa.

Si hubiéramos seguido con la idea inicial de eliminar a estas personas, quizás en el camino nos habríamos convertido en aquellos que no queremos ser.

Cambiamos la perspectiva por construir felicidad, y desde esa base queremos desarrollar ambientes de trabajo que valoren nuestras individualidades y diferencias, para enfrentar los grandes desafíos que la construcción nos presenta.